“El ser humano puede funcionar desde tres centros: uno es la cabeza, otro es el corazón y el tercero es el ombligo.” Osho.

Todos nosotros podemos movernos desde tres lugares diferentes: desde el pensamiento, desde el sentimiento o desde el ser; todo ello es energía. La energía del pensamiento se mueve en la cabeza, la energía del sentimiento se mueve en el corazón; el Ser, la fuente de energía, se mueve en el centro: en el ombligo.
Entonces la primera pregunta que deberíamos hacernos sería: ¿dónde ocupo yo mi energía? O dicho de otro modo ¿en qué porcentaje de estos tres centros me muevo?
En el día a día cada uno de estos centros tiene su función y por tanto su valor, el problema es que el ser humano hace mucho que no sale de la cabeza. Así, intentamos sentir desde la cabeza (lo que conlleva un gran esfuerzo mental) y experimentar la existencia desde el pensamiento. El resultado es que nos desconectamos de todo aquello que no se puede racionalizar: de nuestro sentir y de nuestro ser, y además nuestro pensar disminuye en efectividad pasando de claro a confuso ante tanta sobrecarga.
Es por esto que ha habido un gran cambio con el nacimiento de las terapias alternativas, la “nueva” psicología y las “nuevas” técnicas corporales, basan su trabajo en conectar de nuevo con cómo estoy / cómo me siento.
Si seguimos la línea de un pensamiento claro -> un sentimiento claro nos llevará a una acción clara y acorde, estaremos actuando en total concordancia; la falta de coherencia entre lo que pienso-siento-hago produce un conflicto energético interno que nos va retorciendo como un nudo a medida que se repite.
Cualquier tipo de conflicto repercute en el cuerpo en mayor o menor medida (un dolor de cabeza, una mala digestión, insomnio, bajo nivel de energía y más: endureciendo los tejidos, restringiendo la movilidad, modificando la estructura, la disposición…). Es por eso que desde el cuerpo podemos reconectar también con cómo me siento, aportando claridad y liberando aquellos nudos emocionales que quedan estancados.
Trabajar en incrementar la consciencia corporal permite movernos del centro de la cabeza al centro del corazón, el primer paso para la integración, abriéndose el camino hasta llegar al centro vital.
En el artículo de Enero publicado en esta revista titulado “El Secreto del no esfuerzo” hablamos particularmente de este centro: <<… constituye el vínculo con la existencia. Una persona presente en este centro, se siente segura, en confianza y con coraje, porque se encuentra sostenida por la vida, enraizada y en contacto con su Ser.>>
El Masaje Californiano es una forma de trabajo corporal basado en los principios de la psicología gestáltica. Sigue los principios del Instituto Esalen de California donde se desarrolló en la década de los 60 e integra diversas técnicas corporales con el contacto consciente, la respiración y la presencia.
Este tipo de masaje se aplica mediante movimientos largos, fluidos e integradores a los que se incorporan elementos de otras técnicas como estiramientos suaves, movimientos pasivos de articulaciones, trabajo sobre el tejido muscular profundo, un delicado balanceo craneal y movimientos rítmicos, herramientas con las que el terapeuta trata de guiarnos a reconectar con el cuerpo, ayudándonos a liberar aquellas energías bloqueadas.
Esta es la propuesta: viajar del Pensar al Sentir y del Sentir al Ser
María Lucas Terapeuta en Masaje Californiano Esalen y colaboradora de la Escuela Spazio Masajes
Espacio Calithai Masajes: www.masajeterapia.net